Se me escapa entre los dedos el deseo
disfrazado de señuelo
hirviendonos la sangre
mojando nuestro sexo
escucho tus latidos
dejar de hacerse lentos
el camino de mis dedos
erizandote el cuerpo
para penetrarme el alma
me dejaste sedienta
alimentaste mis ganas llevándote la calma
róbame la vida
para sentirme así tan viva
ardiendo como el fuego
y quemando como el hielo
mis orgasmos
serán tuyos
por tu mirada intuyo
que así sea un minuto estando al lado tuyo
tendremos el paraíso
tocaremos el cielo
lloverán entre suspiros
tus gemidos mudos
y allí estando desnudos transparentes y oscuros
te borrare la inocencia a mordiscos a tu lengua
tomare tus besos prohibidos
disfrutando las arcadas de tu espalda y ya con el pecado hecho mio
de encontrarnos cuerpo a cuerpo.
Adriana Sperandío

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